En
los últimos días hemos estado recibiendo información a cuenta gotas sobre el
estado de salud del ciudadano Presidente Comandante General de la revolución
armada pero pacífica, y por sobre todas las cosas buen tipo, Hugo Chávez. Esta
situación ha causado un estado de intriga en la gran mayoría de los
venezolanos. Preguntas como ¿Se morirá? ¿Regresará en enero para tomar la
presidencia? O ¿Y si se muere y resucita al 3er día? Son las que colman las
distintas redes sociales, siempre, y claro está, nunca deseándole la muerte. Es
por este motivo que he decidido hacer un artículo con los posibles comentarios
que pueda hacer el ciudadano Presidente Comandante… y buen tipo, al regreso de
su viaje al reino de la muerte.
“… yo estaba ahí en esa cama, postrado pues,
pero yo tranquilo, aguerrido como Miranda en La Carraca, esperando su destino.
Recuerdo que cuando todo quedó oscuro (aquí el presidente no se referiría a un
corte de luz, sino al comienzo de su viaje espiritual), ajá sí, como Aristóbulo
pues (señala a Aristóbulo mientras este ríe encantadísimo). Entonces una figura
se me acerca y me dice: ‘Mira Chávez, te vienes conmigo’. Ahí me puse frío
compadre y le pregunté ‘¿Y quién eres tu chico?’ y me ha respondido que era la
muerte… yo me negué a ir, porque mi pueblo me había electo hasta el dos mil
siempre y ni la muerte me separaría de él (aplausos, gritos y muchos: ‘Ou, Ou,
Ou, Ou’)…”.
“…pues bien, la muerte quería engañarme y
meterme en su barco, hablando de barcos, un saludo a todos los indios Caribes, ¡Grandes
navegantes del inmenso mar Caribe! ¡Arriba Guaicaipuro, cacique de la patria!...
(15 minutos después) entonces la Muerte me quería obligar, y yo le dije que me
iba en burro y nada más, Chávez no es especial para irse en barcos. Entonces le
conté de aquella vez que estábamos Adán y yo llevando a la burra floja que
teníamos en Sabaneta, yo la jalaba por el mecate y Adán la empujaba ¿Te
acuerdas de la burra?... ¿Qué? ¿Cómo? Jajajaja sí, más floja que Elías me dice
Diosdado jijijiiji (10 minutos de risa y chalequeo con Elías)”.
“… y así fuimos (sí al final la muerte lo
convenció), hablando y hablando ¡Le pregunté si conocía a Bolívar, a Miranda, a
Sucre, a Samora… (Todos los próceres)! Y de la emoción comencé a recitar algo
así: ‘En las turbulentas aguas de la muerte, navego, como gavilán que vuela
sobre las montañas, y pueblo que se desprende del yugo imperialista… (blah, blah,
blah, 15 minutos de recital)... y ni la muerte me engañará, como lo hizo con el
Libertador’. Finalmente llegamos al inframundo y desde el primer minuto
compadre comencé a organizar las comunas y dándole el poder al pueblo de los
muertos, organicé una revolución, aprobaron leyes habilitantes, y comenzamos a
trabajar en tratados bilaterales con paraísos hermanos. Y al segundo día, en
una revuelta golpista, ideada por la oligarquía del inframundo comandada por la
Muerte, intentaron acabar con mi alma batalladora. Pero en ese momento veo a
Bolívar montando su caballo blanco, regio, batallador, a su espalda estaba Cristo.
Ellos tomaron mi mano, me condujeron hacia la luz y me dieron sus bendiciones. ¡Y
al tercer resucité! (besando el Cristo entre aplausos, vítores y muchos ou, ou, ou)”.
De esta manera el ciudadano Presidente
Comandante General de la revolución armada pero pacífica, y por sobre todas las
cosas buen tipo, Hugo Chávez, explicaría su descenso al reino de los muertos y
su épica batalla socialista que lo llevaría de vuelta a la vida de la mano de Bolívar
y Cristo. Y ¿Cómo no creerle? Después de todo, él es todo corazón, y los
corazones no mienten… ¿O sí?